Amalia: El velo de la novia Quinta parte, Capítulo 18de José Mármol IAmalia no se había equivocado, porque eran en efecto las personas que ella había esperado por tantas horas y con tanta angustia ...
El sapoSalta de vez en cuando, sólo para comprobar su radical estático. El salto tiene algo de latido: viéndolo bien, el sapo es todo corazón.Prensado en un bloque de lodo frío, el sapo se sumerge en ...
... Poe—¡Qué disparate ¡No ¡El escarabajo Es de un brillante color dorado, aproximadamente del tamaño de una nuez, con dos manchas de un negro azabache: una, cerca de la punta posterior, y la...
España trágica& 160;: 12de Benito Pérez Galdós & 171;Esta p& 225;jara -dec& 237;a Segismundo, calle arriba- hace siempre su nido en casas de cl& 233;rigos. Hay que asaltar el nidal, o sacarla de & 233 ...
none& 160;24Pág. 24 de 36 La madre NaturalezaEmilia Pardo BazánCapítulo XXIVComieron solos los dos cuñados. Al sentarse a la mesa, Gabriel manifestó extrañeza grande por la ausencia de Manola, y don ...
El pueblo desfila ante el cadáver del Gran Timonel.El 9 de septiembre de 1976 moría a los 82 años, en el mismo ambiente de austeridad que había elegido para vivir, uno de los grandes forjadores de la ...
Las mil y una noches - Tomo III Y cuando llegó la 454ª nochede Anónimo Y CUANDO LLEGO LA 454ª NOCHEElla dijo:".. y aceptar un bocado de comida en mi casa?" El joven contestó: "¡Cuando a uno le ...
Luchana& 160;: 17de Benito Pérez Galdós Aunque era Mart& 237;n la misma sobriedad en los d& 237;as laborables, cuando llegaba el domingo se le reconcentraban los comprimidos apetitos de toda la semana ...
Ángel Guerra Segunda parte - Capítulo II – Tío Providenciade Benito Pérez Galdós IIPues, a lo que iba -prosiguió el gracioso clérigo cuando acabó de reír-: tales son las órdenes de que la niña se ha ...
1El ruido de las balas y las bombas se había quedado a sus espaldas, y ahora llenaba sus oídos un silencio acaso más terrible, porque en él iba uno escuchando lo que se decía por dentro. La hilera ...
La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamirade José Pastor de la Roca Capítulo II - Una batida de monte¿A qué tan estrambótica locura?...Venid, venid conmigo,Ved la senda que sigoEn ...
La Segunda Casaca& 160;: 23de Benito Pérez Galdós Al d& 237;a siguiente muy temprano, Mano de Mortero, que hab& 237;a salido a sus quehaceres, entr& 243; diciendo:-Gordas y frescas.-& 191;Qu& 233;, qu ...
Rebaño de camellos. Extraído de las «Sesiones de Hariri». Siglo XIII París, Biblioteca Nacional.IntroducciónEn el siglo VII surgió, en pleno desierto de Arabia, una raza de conquistadores que ...
Escena PrimeraChipre.-Una calleEntran IAGO y RODRIGOIAGO.- Aquí, ponte detrás de este saledizo; vendrá en seguida. Lleva desnuda tu buena tizona, y vete al bulto. ¡Pronto, pronto No temas nada. ...
Corregido 289PáginasXLVIIIEres un zorro106XLIXSueno final108LEl lirio negro110LIUna vida112LIILa manifestación antiliberal114LIIIRazón y fe116LIVBarateros de la gracia118LVIr muriendo120LVILa encina ...
Brenda& 160;: 32Revelaci& 243;nde Eduardo Acevedo Díaz Ra& 250;l Henares tom& 243; pasaje en R& 237;o Grande para Montevideo, tres d& 237;as antes de que se produjeran los hechos que quedan relatados ...
Escena primera& 160;31Pág. 31 de 50Don Álvaro o La fuerza del sino - Cuarta jornadanoneDON ÁLVARO y DON CARLOSD. CARLOSHoy que vuestra cuarentena dichosamente cumplís,¿de salud cómo os sentís?¿Es ...
El Terror de 1824& 160;: 3de Benito Pérez Galdós Cuando volvi& 243; en su acuerdo, el buen anciano se encontr& 243; en un lugar que era indudablemente su casa y que sin embargo bien pod& 237;a no ...
Grito de gloria& 160;: 34de Eduardo Acevedo Díaz El d& 237;a que se sigui& 243; a la salida de Bentos Manuel de Montevideo, rein& 243; verdadera alegr& 237;a en la casa de Ber& 243;n motivada por la ...
IntroducciónUn movimiento y una figura en la danza de Isadora Duncan. (Dibujo de Jos Ciar.)LA danza fue seguramente la primera expresión de tipo colectivo, la primera respuesta organizada, ritual, del ...
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